miércoles, 12 de noviembre de 2008

Plan de China. O el ajuste entre realidad e ilusión

El desarrollo y crecimiento económico de China juega un rol cada vez vez más importante en el escenario económico mundial, importancia reforzada en los últimos meses por la crisis de “el otro lado del mundo”, y la esperanza de que el gigante asiático alivie las penurias recesivas de la aldea global.

Detengámonos entonces a revisar algunos aspectos de la realidad de ese país y el impacto que el anunciado “plan de estímulo” de USS 586.000.000.000 podría causar.


El plan es positivo. Pero hasta donde? Tal vez, y nuevamente, haya que leer la “letra chica”.

Hagamos primero una breve descripción del estado interno de la sociedad china.

Sabiendo que la economía global y la propia están entrando en una nueva fase, el gobierno Chino está analizando las fuentes de su crecimiento.

Y ante la crisis planetaria que golpea a sus exportaciones , concluyen algunos de sus dirigentes en que la única alternativa para “capear el temporal” es reforzar el crecimiento interno, tema sobre el que han hablado mucho y hecho no tanto.

Y en ese plano, saben que deben atacar fuertemente las inequidades entre “la ciudad y el campo .”
O sea que deben mirar factores como la pobreza ya existente, el descontento de las poblaciones rurales y la imprevisibilidad política de la clase media.

Con esta rápida mirada social , podremos poner en contexto el plan económico enunciado y también analizar sus detalles.

El plan de dos años anunciado, apunta a diez sectores incluyendo: salud, educación, vivienda para personas de bajos ingresos, protección del medio ambiente (ej:potabilizar aguas para consumo), investigación y desarrollo , transporte, obras de infraestructura y otros.
Para ello reforzarán las fuentes de crédito y redistribuirá la carga impositiva.
También el gobierno hará esfuerzos para mejorar y reconstruir las zonas recientemente afectadas por desastres naturales, como el terremoto que afectó a la provincia de Sichuan en mayo.

Así mismo apuntará a mejorar el ingreso en zonas rurales mediante subsidios a los productores rurales.

Pero hasta ahora el gobierno Chino a dado pocos detalles acerca de cómo, cuando, y de que manera este dinero será gastado en el plan que, de cumplirse, agregaría un 16% al crecimiento bianual de ese país.

Se habla de aplicar políticas crediticias mas laxas para financiar proyectos prioritarios pero esos proyectos no se han identificado aún.

El gobierno quiere promover el consumo de los particulares , encontrando en la población rural (ampliamente mayoritaria y beneficiada por el aumento del precio de los alimentos) un buen segmento potencial para ese fin.
Si embargo esa franja social tiene alta propensión al ahorro y no al gasto, ya que hoy en día debe destinar buena parte de sus ganancias a prever por si mismos el pago de cuidados de la salud y retiro.

Si miramos también la composición del crecimiento del PBI, (11,4%) en 2007, veremos que solo el 4.4% proviene del gasto en consumo, 4.3% de Inversiones y 2,7 de exportaciones netas.


Agreguemos que el país esta viendo un menor ingreso por exportaciones y menores valores en el mercado de inmuebles y de acciones, junto a cierta declinación en la confianza de consumidores e inversores.


También algunos analistas económicos observan que algunas de las inversiones y medidas anunciadas ya han sido presupuestadas e, incluso, realizadas.
Y, complementariamente , el dato correspondiente al cuarto trimestre del año 2008 indica para el país un 6% de crecimiento, lo cuál sonaría muy bueno para cualquier país occidental hoy en crisis.
Sin embargo China necesita crecer no menos de un 7% anual para evitar el desempeño masivo.

Las primeras conclusiones que podríamos obtener entonces es que, el plan de China tendrá un impacto positivo en ese país y reflejará en el resto del mundo, pero que su implementación e incluso su tamaño aún está por verse.

Seguramente también el anuncio de este plan permitirá al Presidente Chino Hu Jintao, plantarse con mayor firmeza para sus intereses en la estratégica reunión de los G-20 el 15 de noviembre en Washington, donde probablemente se discutan lineamientos globales y repartos de poder.

Por eso el aumento en el precio de algunas compañías globales ligadas a obras de infraestructura o el valor de algunos commodities como el acero, lucen algo apresurados.

Será algo así como un ajuste de margen entre realidad e ilusión.

O el punto medio de un viaje entre Disney y Beijing.

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