domingo, 15 de noviembre de 2009

Obama visita al Dragon

Con el anuncio de la FED acerca de que mantendrá bajas sus tasas de interés, a lo que se suma desvalorización del dólar, los mercados siguen de fiesta y se preparan para un fin de año de festejos. Esta algarabía se justifica en la esperanza de poder mantener el ritmo de crecimiento que se está viendo en los valores de las inversiones en acciones, bonos y commodities globales.

Mientras esto sucede los observadores políticos y financieros del mundo ponen atención a la próxima visita del Presidente Obama a Beijing ,el próximo 16 de noviembre. En ese encuentro, entre otros temas, seguramente se volverá a formular el pedido de EEUU para que el gigante asiático revalúe su moneda frente al dólar.

El país del norte está preocupado dado que, mientras su moneda se devalúa frente a una canasta de importantes divisas mundiales no lo hace contra el yuan, dado que el valor de la moneda de China es fijada por Beijing y no por la oferta y demanda del mercado de monedas.

Que dice China

El Banco del Pueblo de China sostiene que tendrá en cuenta el comportamiento del flujo de capitales globales y las fluctuaciones de las principales monedas globales para fijar el valor del Yuan. Este comentario da lugar a especulaciones acerca de cuando Beijing comenzaría a revalorizar su divisa.

Sin duda, de producir el gobierno Chino un ajuste hacia arriba en el valor de su moneda, esperará para hacerlo que se consolide la aún débil recuperación financiera y económica global. Por otra parte toda adecuación cambiaria sería hecha en forma “controlada y gradual”.
Y esto es razonable porque, siendo China un gran exportador, preferirá volver a buenos niveles de ventas al exterior antes de fortalecer el valor del yuan y asumir el riesgo de perder ventajas comparativas contra otros países exportadores.

El dato para tener en cuenta es el cambio que se observa en el discurso público de Beijing, que antes quería mantener su tipo de cambio “estable y balanceado”; pero ahora acepta que irá adecuando el valor de su divisa a como evolucionen los movimientos de capitales en el mundo y las demás monedas globales.

Tomando en cuenta lo explicado en el párrafo anterior, los mercados financieros globales empiezan a preguntarse cuando los chinos comenzarán a revaluar su moneda, tal como ya lo hicieron durante el período comprendido entre los años 2005 al 2008.

China-EEUU. Relación estratégica.
Un acuerdo acerca de cómo se comportará la moneda china tiene importancia central en las relaciones sino-americanas. Y el horizonte de tiempo en el cuál se realizaría la reevaluación del yuan sin duda ocupará un lugar de privilegio en la agenda que analizarán Hu Jintao y Obama.





Pero está claro que en este tema existe un conflicto de intereses entre ambas potencias. Y esto es así porque para los americanos, china es un competidor comercial “desleal ; debido a que los orientales mantienen su moneda artificialmente barata, lo que dificulta las exportaciones y el desarrollo de la industria nacional del Tío Sam.

A su vez, para Beijing revaluar su moneda implica perder ventajas como exportador.Y también perder valor en sus inversiones en dólares que mantiene en Bonos del tesoro americanos, porque valdrían “menos” yuanes.

China siempre controló el valor de su moneda

Históricamente China mantuvo estable el valor de su moneda como así también una relación cambiaria balanceada con el dólar. Antes de que Beijing se abriera comercialmente al mundo exterior imprimía un estricto control interno de cambios. Y ese control cambiario fue la llave que permitió al gobierno de la “Gran Muralla” manejar toda la economía de su país. Con el tipo de cambio estable se pudieron mantener bajo control los precios internos, y además enfrentar cualquier riesgo de desestabilización que pudiera provenir de los “shocks cambiarios “ de los mercados financieros internacionales.

Pero la rigidez en el manejo del mercado de cambios dejó de ser sostenible para China cuando empezó a comerciar con el resto del mundo en el año 1978, dado el enorme volumen de moneda que empezó a generar el aumento de sus ventas al exterior. Rápidamente EEUU se convirtió en el principal cliente del Dragón, quien optó por pegar la paridad del yuan a la del dólar para asegurar un esquema de costos y rentabilidades predecibles para los exportadores chinos.

Con el paso del tiempo, China empezó a crecer comercialmente en forma muy rápida y a multiplicar la acumulación de reservas internacionales. Entonces otros países empezaron a acusar a China de mantener artificialmente bajo el valor de su divisa y así aumentar deslealmente sus capacidades exportadoras, perjudicando así al resto de los competidores globales.

China prestó atención a estas presiones y entre el año 2005 y 2008 permitió que su moneda se preciara casi un 21% frente al dólar. Pero al inicio de la crisis financiera global, China detuvo el proceso de apreciación de su moneda, manteniéndola en un valor fijo de 6,83 yuanes por dólar. Beijing tomó esta última actitud porque vio que la economía de EEUU se vería seriamente afectada por el derrumbe económico, y por lo tanto prefirió conservar su capacidad exportadora global ante la debilidad de su principal cliente.

Ahora lo peor de la crisis ha pasado.
La economía china está volviendo a expandirse gracias a los planes de estímulo oficiales, y también aumenta el flujo de inversiones hacia ese país, dado el mayor apetito de riesgo de los inversores globales.
Así mismo la mayoría de las monedas del mundo están creciendo en su valor en relación al dólar. Por lo cual cabría preguntarse durante cuanto tiempo más se mantendrá la “relación carnal” entre el yuan y el dólar.


Ante el escenario descrito, el mayor problema para China es que si aprecia su moneda reducirá la competitividad de sus productos exportables ,sobre todo a EEUU.
Y esto sucedería en un momento en que las exportaciones chinas aún permanecen bajas por la crisis global.

Pero, por el otro lado, si Beijing mantiene devaluado el valor de su moneda corre el riesgo de que otros países comiencen a fijar medidas proteccionistas que impidan el ingreso de productos chinos , y permitan alentar a las industrias locales.

Como es posible ver, la política cambiaria china es de suma importancia no solo para ese país, sino que también para el comercio global en general, por lo cual Beijing se encuentra debatiendo que medidas tomar en relación a este tema.

Algunos analistas consideran que las presiones internas y externas obligarán a Beijing a retomar el camino de una gradual apreciación del Yuan dentro de los próximos 12 meses, como así también a iniciar un gradual “despegue” del dólar.

Dada la importancia que para EEUU tienen los posibles cambios mencionados en la política china, Obama ha calificado al Dragón como “socio estratégico” de su país. Esto implica que la administración americana reconoce que buena parte de la evolución de la economía del país del norte depende de los acuerdos a los que logre arribar con el gigante asiático.




Fuente: Stratfor Intelligence Uint.
Wall Street Journal
www.europress.es

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