Con la mirada puesta en sostener los precios en de las bolsas en la apertura de los mercados del lunes 10 de mayo, el FMI aprobó durante el fin de semana un plan de ayuda financiera para Grecia por USS38.000millones
En el mismo sentido el viernes pasado los ministros de economía de la Unión Europea dieron luz verde a un paquete de ayuda financiera a aquél pais por USS130.000 millones.
Para poder pasar por la caja a cobrar esta ayuda el gobierno griego se comprometió a portarse mejor que hasta ahora ; por lo tanto recortará su presupuesto de gastos que actualmente alcanza el 13,6% de su producto bruto interno y llevar ese valor al 8,1% dentro de este año para culminar en el 2014 en un valor del 3% de déficit que es el techo de lo que marca la UE para sus países miembros.
Para acceder a esta ayuda el gobierno griego se comprometió a recortar su presupuesto de gastos que actualmente alcanza el 13,6% de su producto bruto interno y llevar ese valor al 8,1% dentro de este año, para culminar en el 2014 en un valor del 3% de déficit en relación al producto bruto que es el techo que marca la UE para sus países miembros.
Y no hace falta ser economista para percibir que el compromiso tomado por los griegos de reducir casi un 40% el volumen de déficit en relación a su PBI se parece más a una simple declaración de buenas intenciones hecha para permitir la aprobación de los paquetes de ayuda que a un objetivo posible de cumplir. Y como testimonio vívido de esta realidad basta mirar la crisis social que el simple anuncio del apretón de cinturón causó en la ciudadanía helénica.
El fondo de la cuestión
A juzgar por el sentimiento de algunos operadores y los comentarios de algunos analistas la crisis griega y su efecto contagio estarían lejos de resolverse a través de los paquetes de ayuda financiera en danza; probablemente el efecto del salvataje sería dar cierta estabilidad al euro y a las bolsas a corto plazo, pero los riesgos de una crisis de magnitud seguirán estando a la vuelta de la esquina.
El problema de Grecia es el de toda Europa: parecería que allí coexisten países considerados de primera y de segunda. Alemania y Francia lograron desarrollar sus capacidades competitivas con industrias orientadas al uso del conocimiento, mientras que otros países del centro y sur de Europa quedaron atados a sus viejas estructuras económicas como proveedores de materias primas y fabricantes de productos de bajo valor agregado.
Por lo tanto cualquier paquete financiero de ayuda a países considerados “débiles” solo resolvería, en el mejor de los casos y por poco tiempo, los potenciales riesgos de insolvencia de los bancos que les prestaron ingentes sumas de dinero que ese socorro financiero fuera acompañado de planes de crecimiento que permitan hacer crecer la torta de riqueza de las naciones en problemas. Por el momento se observa todo lo contrario, es decir que los planes de ayuda van acompañados de recetas de mayores ajustes económicos.
Acerca de los bancos de la eurozona
Es necesario recordar que a enero de 2010, los bancos europeos registraban en sus libros es 193.062 millones en duda griega, lo cual representaba cerca del 93% del PBI de la nación helénica. Entonces correspondería preguntarse para que Grecia necesitara tomar semejante volumen de préstamos y si destinó ese dinero solamente a financiar su exceso presupuestario.
Recordemos que a medida que las naciones bálticas y ex comunistas entraban en le UE los bancos de Austria, Italia y Suecia buscaron nuevos mercados en los cuales pudieran competir con sus mayores rivales de Alemania, Francia e Inglaterra. De esta manera los austriacos e italianos expandieron sus negocios financieros hacia los países de los Balcanes y Europa Central y los seden dieron préstamos a los países bálticos.
Y las líneas de crédito que los grandes bancos europeos otorgaron fueron en moneda extranjera (euros y francos suizos) y a menores tasas de interés que los denominados en las respectivas monedas domésticas de los países emergentes de las mencionadas regiones.
Los bancos griegos se sumaron al negocio de expandir sus carteras de préstamos a los países balcánicos, pero como fueron de los últimos en llegar al convite, debieron ofrecer préstamos aún más baratos que sus ricos competidores Italianos y Austríacos. Y, aun mas grave, algunas entidades financieras helénicas dieron préstamos a los Emergentes de Europa en euros y francos suizos cuando los depósitos de los bancos helénicos en esas divisas eran muy chicos corriendo por lo tanto el consecuente riesgo cambiario.
Debido a la recesión global desatada por la crisis del año 2008 la economía de muchos de algunas naciones emergentes de Europa fueron muy golpeadas, lo que daño su capacidad para repagar las deudas con los grandes bancos globales. A esto se sumó que algunos de los países deudores que no tienen al euro como divisa nacional pudieron devaluar su tipo de cambio lo que les dificultó aún mas repagar sus deudas en moneda extranjera.
Una pregunta interesante para hacerse sería la siguiente: si el sistema financiero griego tenía pocos euros y francos suizos entre sus depósitos ¿como hizo para dar préstamos en moneda extranjera a otros países?
Y una hipótesis podría ser que Grecia, como miembro de la eurozona, haya recibido de algunos grandes bancos globales europeos préstamos más “blandos” que luego redirigió bajo el formato de distintos productos financieros hacia países emergentes de Europa, los cuales hoy tienen dificultades en afrontar sus compromisos.
Y el problema sería que, a diferencia de los bancos alemanes o italianos, los bancos griegos no estarían en condiciones de refinanciar o absorber las perdigadas de originadas en el exterior.
Si esta hipótesis se confirmara el problema de la deuda europea podría exceder largamente a los llamados PIGS y por lo tanto tener ramificaciones difíciles de medir aún.
En la aldea global ningún país queda al márgen
El diario EL País del domingo 9 de abril citó un trabajo del economista de la Universidad de Berkeley Barry Eichengreen, quien ya en el año 2007 advirtió que la mera posibilidad de que uno solo de los países de la zona euro dejara la unión monetaria europea desataría” la madre de todas las crisis financieras”. Seguramente ese comentario tuvo lógica: porque una cadena se corta por su eslabón más delgado, pero se corta al fin y deja de funcionar como un todo. Y el sustento a esa hipótesis está dado en la inexistencia actual de políticas en la UE que protejan a sus países por igual sin dejar flancos débiles.
Aunque la posibilidad de la salida del euro por parte de Grecia es rechazada por la mayoría de los analistas ese camino es posible, por supuesto con enorme impacto en el país en cuestión tanto como en toda Europa y seguramente en todo el mundo. Naturalmente en nuestro mundo globalizado las economías y finanzas de todos los países están íntimamente interconectadas, lo que hace que ninguna nación sea una isla y muchos menos Disneylandia.
Desde otra perspectiva de análisis Paul Krugman sostuvo en el New York Times que Grecia “además de reestructurar su deuda también saldrá del euro”. El economista fundamentó su punto de vista en que dejar de pagar los intereses no solucionaría el problema helénico ya que los servicios de deuda forman solo una parte de su déficit, e incluso aunque Grecia dejara de pagar toda su deuda no liberaría fondos suficientes como para evitar los recortes presupuestarios que comprometió y que parecen imposibles de cumplir.
Y el mencionado abandono de Grecia de la moneda euro solo sería evitable si la UE, además de brindarle auxilio financiero financiera, ayudara a Grecia a mejorar sus capacidades competitivas o si los helenos aceptaran un grado de ajuste que por el momento no parece posible.
Dado que las dos alternativas mencionadas en el párrafo anterior parecen poco probables de alcanzar por ahora, Grecia necesitaría salir del euro y devaluar su moneda propia para llegar a una recuperación económica tal que le permitiera obtener más ingresos por exportaciones para crear más empleo.
Tal vez la hipótesis elaborada por el profesor Krugman se convierta en realidad o que, por el contrario, la UE encuentre caminos alternativos suficientes como para contener el derrame de la crisis europea. Pero es indudable que de confirmarse los vaticinios del Premio Nobel de economía, la crisis europea pasaría a tener ramificaciones globales de una magnitud desconocida e imposible de pronosticar.
Impacto en la Argentina
Algunas fuentes oficiales de nuestro país minimizaron el posible impacto que la crisis europea podría tener sobre nuestra economía, pero esa negación carece de fundamentos sólidos.
El primer impacto de la crisis ya se sintió en el precio de los bonos argentinos. Lógicamente los grandes inversores globales ante un aumento en el riesgo financiero global corrieron a refugiarse en el dólar y se desprendieron de los activos financieros más riesgosos entre los cuales se encuentran los de nuestro país. Por ejemplo los Boden XV pasaron de tener un rendimiento de 10-11% a casi el 15% debido a una fuerte baja en su precio y el cupón del PBI en pesos cayó más del 16% durante los últimos días.
Por otro lado la crisis europea seguramente afectará los flujos de comercio internacional. En ese sentido mientras el euro y el real brasileño se devaluaron frente al dolar en nuestro país la paridad cambiaria se mantuvo casi sin cambios así mismo se estima que nuestros precios internos crecerán un 20% dentro de este año. Indudablemente en ese escenario nuestras exporta en términos globales y perderán competitividad.
Sin dudas en la aldea global todos los países tenemos fronteras comunes, ya sea en forma real o virtual.
Fuentes
http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/05/06/economia/1273138646.html
http://www.dw-world.de/dw/article/0,,5523918,00.html
Stratfor Global Intelligence
Moodys
http://www.eleconomista.es/economia/noticias/2008746/03/10/UBS-cree-que-Grecia-caera-en-default-en-algun-momento.html
domingo, 9 de mayo de 2010
Grecia; del contagio a la epidemia
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