“Como si se prendieran fuego corren aquellos presos del miedo,y de nada sirve que corran,porque el incendio va con ellos”.
Pánico ante lo desconocido
Todos estamos conmovidos y ansiosos por los sucesos en Japón.
Sin embargo, ratificamos, que el foco problemático para la economía y finanzas globales se mantiene en las debilidades de Europa Medio Oriente.
Por lo tanto el temor de los inversores por los sucesos acaecidos en Japón, que fundamentan la consecuente salida de de los activos de riesgo y la compra de bonos del Tesoro de EEUU, radicó no en lo que se sabe sobre la tragedia del país asiático, sino en las consecuencias futuras que podría devenir de lo sucedido.
En otras palabras, lo que la mayoría de los seres humanos ignoramos, pero tememos, es el impacto que la devastación nuclear tendrá sobre nuestras vidas y haciendas. De allí nace la sensación de pánico.
Y, ante lo desconocido, la tenencia de cualquier activo de riesgo o relativamente ilíquido potencia el desasosiego.
Es que, en un extremo maniqueo, una acción de una empresa o un bono no sirven para comprar agua y alimentos básicos en caso de extrema necesidad y solo el dinero en efectivo es bienvenido. Tal parecería ser el sentimiento en muchas plazas del mundo.
Como fundamento de lo expuesto vale decir que, mientras las ventas masivas (sell off) de acciones en los mercados globales del día lunes castigaron sobre todo a los papeles japoneses, las enormes ofertas vendedoras y la consiguiente baja de los índices accionarios del día martes carecieron de cualquier fundamento macro o microeconómico que algún analista pudiera explicar.
Tan simple y realista como lo dicho.
Por lo tanto, y según como evolucionen las noticias acerca de los reales y potenciales perjuicios por devenir como resultado del daño de las centrales atómicas niponas para todo el mundo, la actual aversión al riesgo de los inversores y la guerra por la “liquidez y seguridad” podrían ceder a corto plazo.
Claro que esa hipótesis solo el tiempo podrá confirmarla.
Vale la reiteración para no perder el foco: es mas lo que desconocemos que aquello sobre lo cual tenemos certezas de aquí a corto plazo.
Y, como la futurología no es lo nuestro, repasaremos algunos temas de las finanzas globales que, de alguna manera, importan a los inversores.
Algunas preguntas y respuestas
Como podría afectar al precio de los commodities la actual crisis?
Probablemente al alza, tanto para el petróleo como para los alimentos.
Y en esta situación influiría no solo una mayor demanda de combustibles y alimentos por parte de Japón, sino también potenciales pérdidas de cosechas en países vecinos si hubiera efectos climáticos negativos.
Y la inestabilidad en el Medio Oriente seguramente agrega interrogantes sobre este tema.
Se verá afectada la producción de bienes japoneses?
Si bien es muy pronto para sacar conclusiones conviene tener en cuenta que los polos industriales de ese país se sitúan sobre todo en su costa oeste, la opuesta a la que dañó el Tsunami.
Así mismo sería útil recordar que muchas de las plantas fabricantes de productos de marca japonesa se encuentran fuera de el país y diseminadas por todo el mundo, como las de Toyota y los gigantes de la electrónica nipona.
Una caída en la economía japonesa podría afectar gravemente a la economía global?
Difícilmente si el daño se limita a las fronteras del Imperio, ya que su contribución al Producto Bruto Global alcanza a no más del 8,7% de la riqueza mundial total. Y las pérdidas de productividad dentro de Japón se estiman, hasta ahora, en 3 o 4% de su PBI.
Y que pasó en los mercados financieros globales?
El reflejo del temor se plasmó en el alza del precio de los Treasury Bond de EEUU, considerado la inversión mas segura en tiempos de crisis, cuya demanda compradora se mantuvo muy firme durante las últimas jornadas lo cuál llevó el rendimiento del bono a su novel más bajo desde diciembre del añ0 2010.
Por el lado de las acciones el desplome de los índices en las Bolsas del mundo mostró que los grandes inversores globales y los fondos de inversión especulativos prefirieron vender acciones de Japón tanto como de los mercados emergentes y ponerse a cubierto.
Y nadie quedó a salvo ya que, mientras en Japón las acciones de Mitsubishi perdían más de 10% y los de la metalúrgica Sumitomo caía 15%, en el resto del mundo desde los bancos en EEUU hasta las automotrices en Australia vieron caer el valor de sus cotizaciones.
E incluso los productores chinos de carbón, que supuestamente se beneficiarían con la actual crisis por una mayor demanda, sufrieron el impacto bajista.
Y, ni que hablar, los mercados castigaron sin piedad a las empresas de seguros globales, a sabiendas que buena parte de la factura del desastre debería ser afrontada por ellas.
Mientras tanto en Europa las cosas no fueron mejor.
Allí las bajas fueron lideradas por RWE y Eon, los gigantes productores de energía alemanes, que acusaron el impacto de la decisión de la premier Ángela Merkel de poner en el freezer cualquier norma que intente prolongar la vida útil de los reactores nucleares germanos.
Además tal es el deseo de tener solo “efectivo” en el bolsillo que hasta el oro, refugio habitual en momentos de temor, perdió cerca de un 2% de su precio de transacción.
Algunas conclusiones
Si el desastre se limitara a lo conocido hasta hoy, entonces la economía global mantendría casi sus mismas expectativas de crecimiento que hasta hace un mes atrás.
Probablemente, y ante la incertidumbre reinante, el precio de los commodities presione nuevamente al alza, sobre todo el petróleo.
Indudablemente, por otro lado, el Banco de Japón dará toda la liquidez que su país necesite para prevenir cualquier tipo de “corrida”.Y los demás bancos centrales del mundo estarán listos para seguir igual política en sus respectivas regiones, si la situación lo requiriera.
En otras palabras, desde el punto de vista humanitario la tragedia en Japón y en el mundo es irreparable pero, hoy por hoy, financiera y económicamente se está lejos de una crisis financiera de magnitud.
jueves, 17 de marzo de 2011
Economía global : lejos de temer un Tsunami
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