lunes, 14 de marzo de 2011

A pesar del Tsunami el foco sigue en Medio Oriente y Europa

“Quienes creen en los beneficios incondicionales de la experiencia pasada deberían considerar esta perla de la sabiduría que pronunció, según se dice, el Capitán de un famoso barco
• “Pero con toda mi experiencia nunca me he encontrado en un accidente….de ningún tipo que sea digno de mención.
• En todos mis años en el mar solo he visto un barco en situación difícil.
• Nunca vi. ningún naufragio, ni jamás me he encontrado en una situación que acabara en algún tipo de desastre”
• E.J.Smith, 1907
• Capitán del RMS Titanic que se hundió en 1912

Indudablemente los sucesos que ocurren en el norte de África tomaron por “sorpresa” a la comunidad internacional.
Sin embargo, debería admitirse, la sorpresa sería que las rebeliones estallaran ahora, pero no debería asombrar que se produjeran.
Parecería entonces que los riesgos, al igual que el continente americano “descubierto” por Colón, estaban allí desde mucho antes de que nos diéramos cuenta.

Y eso es así porque el cuadro demográfico de insatisfacción viene de lejos en esa región del mundo.
Por ejemplo tanto Argelia como Egipto viven en “estado de emergencia” (eufemismo que implica supresión de las libertades ciudadanas) desde hace décadas.

Por otra parte el aumento mundial en el precio de los alimentos alimentó el descontento y, cabe recordar, que este hecho es particularmente grave en países como Egipto donde existen amplias franjas de la población que subsisten con un salario de 150 dólares al mes.

Y, como resultado de los acontecimientos que transcurren en esa región del mundo, el barril de petróleo (WTI) que valía USS90 en diciembre del año 2010 elevó su precio a USS100 al día de hoy. Y, según como se desarrollen los acontecimientos políticos, ese valor “va por más”.

Así mismo, y dado que el crecimiento en el precio de los combustibles y los alimentos genera temores de inflación, muchos bancos centrales del mundo están pensando en aumentar los tipos de interés para contener esa presión.

Por lo tanto, y dada la combinación de los factores mencionados, vivimos momentos de verdadera amenaza para que el crecimiento de la economía global post crisis del año 2008 pueda sostenerse.

Renovada incertidumbre

Parecería entonces que la marcha de la generación de riqueza en el mundo se aproxima a un “momento de decisión”.

Por un lado distintos indicadores de la actividad productiva, tanto en varios de los países desarrollados como así también en los emergentes, sugieren un momento de fuerte recuperación basado en el marcado ascenso de la demanda, sobre todo en el sector de servicios.
Pero, contrariando lo anterior, la crisis geopolítica que se vive en Medio Oriente y norte de África pone en riesgo esos logros y hace dudar sobre la sustentabilidad de los mismos, ya que los precios de los combustibles crecieron más de 10% en pocas semanas lo cual, sumado al incremento en el precio de los alimentos, obliga a gastar más dinero en esos bienes y a retraerlo del consumo de otros artículos.
Por cierto eso afectará tanto al bolsillo de los particulares como a las ganancias de las empresas.
Además, los temores de inflación hacen pensar en futuras alzas en las tasas de interés tanto en las naciones emergentes como en los países del llamado Primer Mundo.

Y todos esos factores atentan contra el crecimiento de la riqueza del mundo.
Por ejemplo ya el banco inglés Barclays indicó que los riesgos que la economía de China crezca menos de lo esperado para el período 2011/2012 , y eso debido a la política monetaria restrictiva (quiere decir menos plata en la calle) que aplicaría el banco central de ese país.
Finalmente a todo lo descripto se suma otro factor de temor, nada menos que la dudosa capacidad de repago de distintas deudas soberanas de los países menos ricos de la Unión Europea.

Por supuesto que dos de los socios de esa alianza, Alemania y Francia, escapan a los malos datos, al menos por ahora. Y su buen momento económico se refleja en la mejora de sus índices de empleo, sobre todo en el sector servicios.
Y lo mismo acontece en EEUU, cuyo gobierno informó que la creación de fuentes de trabajo en las últimas semanas fue la mejor de los últimos 12 años.

Otra noticia positiva la dieron China y Alemania, cuyas importaciones se elevaron debido al aumento de la demanda interna, lo cual refleja un mejor poder adquisitivo de sus habitantes.

Ahora bien podemos decir con toda claridad que, de la mezcla de buenas y malas noticias, surge un brebaje que deja escaso margen para el optimismo.
En otras palabras, si la situación política global continúa deteriorándose generando mayor incertidumbre, los precios de los combustible seguirán su carrera alcista, por lo tanto el bolsillo y el ánimo de las personas tendrá poco lugar para aumentar el consumo de otros bienes que excedan a los de la subsistencia cotidiana.

Y esa situación está lejos de ser positiva para la economía del mundo.

Tal vez, y como reza Fito Páez, “lo importante no es quedar, que todo pende de un hilo”.

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