martes, 28 de agosto de 2007

¿La crisis cambiará el mapa del mundo?


CÓMO INFLUYE EN EL ASPECTO GEOPOLÍTICO LA TURBULENCIA FINANCIERA GLOBAL
En la vida individual, solemos identificar a las crisis como un momento de cambio, en el que algo perdemos y tal vez algo ganamos. Algo cambia en nosotros y en nuestro entorno y tratamos de adaptarnos. Lo concreto es que nos hace cambiar nuestra posición subjetiva personal: cómo nos vemos y hacia dónde reenfocamos la brújula para ver el
rumbo, según percibamos que es prioritario para nosotros. En la vida de los países hay puntos de contacto
con el proceso descripto. Para que un evento sea políticamente significativo a nivel país o globalmente, debe producir cambios en las vidas de las naciones o de parte o todo el mundo. Traer aparejadas nuevas situaciones en el
reparto del poder mundial o en el comportamiento de las naciones. Ejemplos:
■ La caída del muro de Berlín terminó con el mundo bipolar, confirmando la supremacía
económica y militar del bloque occidental (los Estados Unidos y Europa), lo cual luego se tradujo, entre otras cosas, en los grandes cambios socio-políticos y económicos en los países del Este que impactan en todo el mundo: las nuevas bajas en los precios de mano de obra (productividad), nuevas corrientes migratorias hacia los países mas desarrollados, guerras regionales.
■ La revolución tecnológica modificó el sistema de comunicaciones y permitió la llamada “globalización”.
La inteligencia es el producto de mayor valor agregado en el mundo. El flujo de capitales se concentra altamente y se mueve en instantes de mercado a mercado, cambiando la realidad económica de los países afectados de inmediato. Un nuevo ejército, que se desplaza más rápidamente. Existen bancos globales con un patrimonio más grande que el producto bruto de algunos
países.
■ La crisis bancaria de Japón de 1990, en ese momento la segunda economía del mundo, permitió la entrada de China en el mercado como gran jugador fabricante y exportador.
■ El default ruso de 1998 fue importante porque marcó el fin de la Guerra Fría y el mundo unipolar. (Default: no pagar los intereses o el capital de un crédito en fecha de vencimiento).
■ La crisis de 1930 fue políticamente importante porque marcó el lanzamiento en los Estados Unidos de una nueva época, modificando su estrategia nacional política y económica, que terminó impactando en todo el mundo.
■ La Segunda Guerra Mundial tuvo un impacto político de magnitud, ya que dividió al mundo en dos y generó los esquemas de poder y reparto del mundo que se enfrentaron durante décadas, marcando la vida y las circunstancias de millones de personas, según de qué lado de la línea se encontraban. ¿Qué situaciones conmocionantes no fueron,
sin embargo, gestoras de cambios geopolíticos de magnitud?
■ La explosión de la burbuja tecnológica, el caso Parmalat, o Enron , afectaron severamente la vida de las personas envueltas en esos mercados o que perdieron sus trabajos, pero al sistema económico lo afectó en nada. Una vez contabilizadas las pérdidas la vida siguió igual.
■ El default argentino nos afectó dramáticamente a los argentinos hasta en nuestra realidad más básica del día a día.
Pero los países y bancos del mundo, después de algunos tire y afloje, siguen haciendo negocios con el país. Entonces, ¿puede esta crisis de crédito traer como consecuencias rebalanceos de poder o cambios en las conductas globales de largo
plazo? Antes tratemos de entender de dónde se cosechan estas tempestades. Las razones de esta crisis surgen de un cóctel
pesado:
■ Exceso de liquidez en el mundo (sobra plata y no hay a qué bien aplicarla).
■ Exceso de codicia (The Economist). Quienes ya ganaban mucho quisieron ganar mucho más, y apostaban en el negocio 1 peso de capital propio y 40 pesos de capital prestado. Pero si el precio (tasa de interés) al que tomaban ese capital prestado sube, sus expectativas de ganancias bajan o desaparecen. Y hacen “efecto Puerta 12”: venden todo lo vendible. Si encuentran comprador y empiezan los problemas de los grandes jugadores del mercado: Este esquema de hacer negocios se localizó en los últimos años en dos mercados:
1) El de hipotecas de tasa más cara (subprime mortgage). Algo así como la diferencia 2) Y también al mercado de acciones, donde los grandes jugadores compraban acciones con plata prestada con la expectativa de que su precio subiera más que la tasa de interés que pagaban por el préstamo que usaban para comprar esas acciones. Y hacer una diferencia. ¿Cómo es la situación en cada caso?. El negocio hipotecario tradicional es (¿era?) simple: el banco analiza si el potencial deudor puede pagar la cuota y si el inmueble que lo garantiza cubre el valor del crédito más un plus por los riesgos crediticios de mora o incobrabilidad (default).
El deudor calcula si puede pagar la cuota y, con cada cuota que repaga el banco puede dar nuevos préstamos. Pero en los EE.UU. cambió esa operatoria hace años cuando los bancos, para generar mayor volumen de negocios sin vulnerar los
límites de exposición a riesgos crediticios, empezaron a vender esas garantías hipotecarias a grandes inversores y estos a inversores más chicos. El llamado proceso de securitización. Entonces el negocio clásico pasó a ser una herramienta de especulación financiera que se multiplicó. Dejó de ser un préstamo tradicional y muy seguro, para transformarse en un papel (con garantía) vendible en el mercado. Y está claro que a los intermediarios les importaba menos la calidad del crédito que vender rápido ese papel y ganar su comisión, como es lógico. Que quede claro: la garantía de todos esos “pases de manos” es siempre la misma y única: el inmueble hipotecado en el primer crédito otorgado.
¿Cómo, probablemente, afectaría esta crisis de liquidez a los distintos actores?:
■ Aquellos que compraron su inmueble con hipoteca verían encarecer cualquier alternativa de refinanciación y seguramente se fijarán normas crediticias más restrictivas. A su vez ,si hay recesión en el mercado, se dificultará la
venta de sus inmuebles, además devaluados. Esto afectará las posibilidades y el deseo de nuevos potenciales tomadores ,y en su conjunto, al nivel de actividad de la economía, al menos en ese sector.
■ A los pequeños y medianos inversores, tenedores de cuotas partes de fondos comprometidos en estas operatorias le será difícil ejecutar pequeñas porciones de hipotecas, aún llegando a tiempo al reparto. El gran jugador/inversor se quedaría con inmuebles en su cartera. Tendrá, en el peor de los casos, que esperar.
■ Los bancos perderán nuevos negocios por falta de fondos. Esto afectaría su rentabilidad y por lo tanto el valor de la acción sufrirá. Algunos bancos o hedge funds, localizados exclusivamente en este negocio, podrían no poder seguir operando.
También a precios de inmuebles más bajos puede aparecer el apetito de los inversores en esos bienes.
TAMAÑO DEL PROBLEMA. Sólo como referencia, recordemos que la crisis de las compañías de ahorro y préstamo de 1980 en ese país, abarcó un monto en riesgo de u$s519 billones y su PBI valía aproximadamente u$s5 trillones. O sea que el riesgo era mucho mayor que el actual: 10% del PBI. Las pérdidas finales fueron de un 3%. El total del mercado primario subprime ( y no todo tiene riesgo de incobrabilidad) en los EE.UU es de u$s500.000 millones. El producto bruto
americano es de u$s14 billones, o sea que el efecto primario de la crisis representa sólo un 3,5% de la economía de los Estados Unidos.
Pero falta resolver la gran pregunta: además de ese volumen primario de prestamos, ¿cuán comprometidos están los bancos con créditos que dieron a los fondos de inversión sobre la base de garantías que hoy valen menos?
En otras palabras: ¿cuántas veces fue vendida la misma hipoteca?; ¿Cuánto de esto es cobrable?; ¿Qué esperar hacia delante? Se pueden analizar tres escenarios.
* Que esta crisis sea una adecuamiento, un ajustarse el cinturón o ponerse la faja (The Economist).
* La otra es que la economía global entre en un ciclo recesivo cíclico. Donde el crecimiento de Europa, China e India (con una clase media consumidora de 300 millones de personas) no llegue a balancear una eventual disminución de la locomotora consumidora estadounidense.
La tercera, y que sí implicaría un cambio geopolítico importante, es que esta crisis modifique las estrategias y reglas de juego y la forma de operar de los mercado de los Estados Unidos y el mundo.
La historia, sin duda, continuará.


Artículo publicado el lunes 27/08/2007 en BAE Buenos Aires Económico, edición matutina.

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