lunes, 28 de abril de 2008

Mas allá de los cortes y el humo

La discusión acerca de la explotación de los recursos naturales, entre otros la tierra cultivable, se remonta en nuestro país a los tiempos de la Colonia.

Temas como productividad, y eficiencia de la concentración de los factores de producción en pocas manos son materia de análisis totalmente válidos, dentro de un esquema de discusión acerca de que país queremos para enfrentar los desafíos del momento y tratar de colocarnos dentro de una vía de desarrollo.
Y probablemente poco útil para hacer política de coyuntura o justificar ciertas actitudes.

Estos temas toman hoy un rol estratégico frente a la llegada al mercado de consumo de millones de personas que hasta hace pocos años no demandaban estos alimentos.

Por lo tanto, no es por disfrutar de nuestro paisaje solamente que ciertos grupos empresarios, locales y globales compran o arriendan decenas de miles de hectáreas fértiles en nuestro país, con provisión de agua potable.

Simplemente son bienes escasos.

Y cuando se habla de escasez de bienes indispensables para la subsitencia, el tema trasciende la teoría económica y pasa a ser importante cada día para todas las personas, en muchas partes.

Y por lo tanto posible foco de tensiones económicas, sociales, y estratégicas

Sobre este tema reflexionaba Oscar Cardozo en Clarín, hace unos días.………

“Crisis alimentaria global: ¿el fin de la abundancia?
Mientras los mercados cerealeros del mundo muestran cifras récord, las naciones en desarrollo enfrentan la perspectiva de disturbios sociales por la escasez y los precios de los alimentos. “.


“Otra característica de ese tiempo cercano estuvo dada por la inveterada vigencia del síndrome por el cual los argentinos ponemos un inmerecido esfuerzo por explicar nuestros atolladeros históricos como hechos únicos y aislados que casi nunca son. Es verdad que en esto hemos aprendido algo —sobre todo después de que el mundo nos plantara varias sonadas bofetadas en el rostro, la guerra por Malvinas, la crisis de la deuda, etc.— pero aún tenemos ese impulso distorsionado de excepcionalidad y cada tanto sucumbimos a él.”

En relación e esto………..“el pasado 25 de febrero, en un solo día de operaciones del mercado cerealero en Chicago, el trigo sufrió su revalorización históricamente más pronunciada: 25%.”

Cientos de millones de seres humanos se están incorporando al consumo de alimentos a los que antes no accedían —las carnes rojas y el pollo son emblemáticos— en las nuevas potencias en ciernes como la India y China. La agencia Organización Mundial del Alimento y Agricultura (OMAA) —parte del sistema de la ONU— estima que para dentro de ocho años los países en desarrollo consumirán un 25% más de aves y un 50% más de cerdo
Hay una estadística que pone esto en blanco sobre negro: en los países desarrollados, entre el 15% y el 20% de los ingresos de una familia en la base de la pirámide social es destinada a la comida; en Indonesia ese porcentaje se eleva al 50, en Vietnam al 65 y en Nigeria al 73.
“Tan solo en el 2007 el gasto de las naciones en desarrollo en alimentos escaló un 25%. Y aun si cada habitante pudiera pagar su comida a valor oro no hay seguridad de que la vaya a obtener.”

“Hay mucho más en el cuadro para considerar: el petróleo que no cede en valor —alcanzó los 112 dólares por barril esta semana— y el oportunismo de los productores a los que ahora interesa más satisfacer la demanda de maíz para biocombustibles —verbigracia, el etanol— que alimentar a un vecino que paga menos por tonelada.

Pero el problema central, en un gran productor como la Argentina, no es el margen de ganancia sino la seguridad alimentaria de su población.”.

Me parece ,se trata a de entender, que el tema pasa hoy por los precios de los (famosos)comodities y mañana por la definición que como país queramos para este sector central de la economía y la seguridad.

Observamos todos los días como el trigo, la soja, etc son vistos como objetos de intercambio en los mercados internacionales, lo cuál es cierto.

Pero conviene recordar que también son la materia prima de los alimentos de nuestro cotidiano vivir, y de otros países que no tiene forma de producirlos por si mismos.

Por lo tanto puede ser una oportunidad, si la aprovechamos.

O una amenaza, Porque seguro desde afuera habrá algunos mirándonos con apetito .O con hambre, que es peor.

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