domingo, 27 de diciembre de 2009

Acciones :la década perdida





Existe un símbolo indubitables de nuestra economía capitalista, y este esta formado por las Acciones de las empresas.
Todo análisis económico que se haga sobre una compañía tiene en cuenta el valor de su Patrimonio Neto, que está formado por acciones.
Y también el flujo de fondos financieros globales que manejan los grandes jugadores privados y los gobiernos se dirige en buena medida a estos activos financieros.
Pensemos simplemente que el salvataje instrumentado por los gobiernos de EEUU y Europa a los bancos en problemas se instrumenta en gran medida mediante la compra de acciones de las entidades en problemas, a fin de dotarlas de efectivo y mejorar sus relaciones técnicas.
En el mismo sentido el peso relativo de cualquier Bolsa de Valores del mundo se mide por la cantidad de acciones que cotizan en ella. Y, obviamente, su tendencia alcista o bajista marca el humor de muchos inversores en el mundo.
Estos papeles, objeto de amor u odio según suba o baje su cotización, son aceptados o rechazados según las culturas; pero nunca ignorados.
Es sabido que los inversores europeos y latinoamericanos no son muy afectos a invertir en stocks, sino que se vuelcan más a la renta fija. Pero para la cultura norteamericana el invertir en acciones es lo más común para los ciudadanos de ese país: pensemos simplemente que el portafolio de sus Planes de Pensión Jubilatorios (Pension Plans, en inglés) están compuestos en un 70% en acciones. Así mismo analizando las propuestas de inversión de las compañías que ofrecen Planes de Retiro puede verse que los mismos basan su propuesta de ahorro en un portafolio que contiene entre el 50%-70% de acciones.
Por supuesto también la administración de todos portafolios de inversión local o global individual que pretenda tener un potencial de ganancias interesante necesita incorporar acciones en su tenencia.

La mala noticia: el mercado de acciones norteamericano, el más poderoso y representativo del mundo, atraviesa su peor década de rendimientos desde el año 1820.En otras palabras: el inversor que hubiera comprado acciones americanas en el año 1999 y se haya sentado sobre las mismas ve hoy que su inversión ha perdido el 0,50% anual. Y esa pérdida se eleva el 3,3% anual si la ajustamos por inflación.

Por supuesto que esta es una lección a tomar en cuenta por los inversores en acciones de todos los mercados: estos activos financieros no pueden comprarse y guardarse esperando que brinden ganancias simplemente porque a las compañías les vaya bien en la gestión de sus negocios. Mas bien se requiere una gestión activa de manera tal de tomar las ganancias que se produzcan o poner límite a las pérdidas para luego volver a entrar cuando se perciba que el mercado está “barato”.

Para ampliar la perspectiva de los mercados accionarios recordemos que muchos inversionistas a principios de los 80´se sintieron atraídos por los vientos de ganancias que prometían las bolas del mundo. De esa manera quienes se retiraron una década más tarde, a fines de 1990, disfrutaron de una rentabilidad de más del 17% en el decenio. De todas formas si se mira la tendencia del mercado accionario americano en toda su historia se ve que el valor de las acciones es creciente. Sin embargo la lección a aprender es que a veces los períodos de baja se extienden por largo tiempo, más tiempo de lo que muchos inversores estarían dispuestos a esperar.

Tal es así que durante los últimos diez años a los inversores les convino invertir en activos menos riesgosos como bonos u oro y no en acciones.
El mercado de renta fijo brindó ganancias del orden del 5% al 8% depende de la calidad de deuda que se comprara.
Y el oro da una rentabilidad anual del 15% desde el año 2000 hasta hoy, mientras en la década del 90 el oro pierde un 3% anual: esto demuestra también la validez de las inversiones de largo plazo en bienes escasos y siempre considerados un buen refugio durante las crisis cíclicas del sistema económico capitalista.

¿Que funcionó mal para los inversores en el mercado americano durante los últimos diez años?

Como usualmente ocurre con las inversiones en acciones: van bien cuando se compra barato y dan malas noticias si se compra caro. Y en la ultima década el mercado de acciones americano está sobre apreciado.
Y está caro tomando en cuenta la real capacidad de generar ganancias por parte de las empresas; y recordemos que esa potencial fortaleza de obtener mayores rentabilidades acumuladas es lo que levanta el precio de las acciones. En este sentido a fines de 1999 las acciones de las empresas participantes del índice de acciones americanos S&P cotizan a un precio igual a cuarenta y cuatro veces la capacidad de generar ganancias por parte de las empresas, cuando un valor normal sería 16 veces. Y aún hoy, después del ajuste provocado por la crisis global, se considera que el precio de las acciones americanas sigue caro.
Como se ve, para los próximos años no conviene esperar buenas ganancias por parte de las inversiones en acciones en el mercado americano.

Conclusiones: La buena noticia

Como queda dicho quienes inviertan en acciones americanas y creen que simplemente guardándolas a largo plazo obtendrán ganancias pueden estar equivocados, por lo menos esto es así si se mira la experiencia de los últimos 10 años. O sea que hace falta una administración activa de la cartera de inversiones, de manera de tratar de tratar de tomar las ganancias que se producen y atenuar las pérdidas.

Por otro lado, sabiendo que el mercado americano de acciones hoy es caro, conviene buscar alternativas por el lado de los mercados emergentes, pero aquí también se requiere hacer una selección cuidadosa acerca de que acciones comprar, porque la sobre valuación de activos también existe en ese lado del mundo.

Y a los inversores conservadores decididos a invertir en papeles bursátiles les conviene arriesgar una parte pequeña de su portafolio. El grueso de sus ahorros bien podría colocarse en Bonos de empresas y gobiernos, que rinden una tas fija y a su vencimiento devuelven el total del capital invertido. Por supuesto para elegir esta clase de activos también conviene hacer un análisis tanto de precios como de la calidad de la empresa a quien se le presta dinero.

Fuentes.Wall Street Journal
Bloomberg.com
Yale Finance Institute

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