Las elecciones en Brasil y la herencia de Lula Da SIlva

Este año Brasil enfrenta sus elecciones presidenciales, y los dos candidatos con mayor peso para ocupar el palacio de Planalto son Dilma Rouseff del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y José Serra del Partido de la Social Democracia Brasileña.
Los candidatos y el escenario electoral
La República Federativa de Brasil posee la mayor economía dentro de america latina, se encuentra pasando por un muy buen momento y forma parte del grupo de países emergentes con mejores perspectivas de crecimiento económico según opinan la mayoría de los analistas. Brasil fue el último país en caer bajo los efectos de la crisis del año 2008 y el primero en salir de la misma. Y por primera vez en su historia esa Nación disfruta actualmente de una combinación de crecimiento económico y baja tasa de inflación.
Los dos candidatos mejor posicionados para liderar el gobierno de Brasil son José Serra quien es el actual gobernador del estado de San Pablo, y Dilma Russeff quien actualmente cumple las funciones de Jefe de gabinete de Lula y obviamente cuenta con el respaldo del mandatario.
José Serra tiene un alto índice de aprobación a su actual gestión como gobernador del populoso estado de San Pablo. Así mismo integró el gabinete del ex Presidente Cardozo. En el año 2002 Serra compitió con Lula por la presidencia de Brasil y fue derrotado por el candidato del Partido Trabalhista.
Dilma Rouseff tiene menos antecedentes de gestión pública que su contendiente, por lo tanto buena parte de sus chances de ganar las elecciones depende de que pueda ser vista por los votantes brasileños como la continuadora de la gestión de su mentor, Lula da Silva.
Indudablemente el perfil de los candidatos y la influencia electoral de cada uno de ellos son un claro ejemplo de como Brasil se encuentra cruzado por una clara división social y económica de acuerdo a la región geográfica de la que se hable. En ese sentido José Serra, gobernador de San Pablo extiende su influencia mayoritariamente sobre las ricas zonas sur y sur -este del hermano país; mientras que Dilma Rouseff goza de mayor predicamento en las regiones norte y nordeste brasileña, áreas geográficas que tienen menor riqueza económica que las de su oponente.
El ganador de las elecciones del próximo mes de octubre se encontrará con un país muy bien posicionado en el escenario político y económico internacional y con un entorno económico interno mucho mejor que aquel que recibió Lula cuando accedió al poder en al año 2002.Pero el nuevo presidente también enfrentará poderosos desafíos :el más importante de ellos será demostrar que Brasil ,después de haber sido capaz de salir de la crisis global casi sin rasguños ,puede también afirmar su crecimiento económico y liderazgo global en los tiempos de- relativa -bonanza.
En ese sentido es bueno recordar que el gobierno de Lula enfrentó la recesión causada por crisis global del año 2008 mediante el incentivo al consumo interno, y uso para lograr su objetivo las herramientas de recorte de impuestos a la producción e incremento del gasto público. El desafío para el próximo presidente brasileño será mantener el ritmo de crecimiento de la economía del país sin que se desboque la inflación, y para cumplir con estos objetivos se deberán fijar las prioridades en las cuales gastar los dineros públicos.
Parte de los fondos de los planes de estímulos fiscales brasileños fueron aplicados a inversiones en infraestructura, lo cual ayudó a sostener la estabilidad de las fuentes de trabajo. Pero también se gastó mucho dinero en salarios del sector público, los cuales serán difíciles de recortar. Por el lado de los ingresos Brasil deposita fuertes esperanzas en las divisas que le traería al país la explotación de los yacimientos de petróleo recientemente descubiertos frente a sus costas atlánticas, pero es sabido que hará falta bastante tiempo y fuertes inversiones de capital para transformar en dinero la riqueza mineral descubierta. En relación a este tema se calcula que los nuevos yacimientos descubiertos pueden esconder reserva de petróleo del orden de los80.000 millones de barriles de crudo. Pero Lula admitió que poner en marcha la explotación de la mencionada reserva demandará una inversión de miles de millones de dólares, y esa aplicación de fondos se haría sin tener la certeza de cuanto petróleo esconde el yacimiento recientemente encontrado.
Si bien en principio la empresa cuasi estatal Petrobrás se reservó una participación del 30% del petróleo que se espera encontrar y explotar, existen fuertes lobbys que pretenden que el sector privado capitalice todo el oro negro que logre producirse; por lo cual la fuerte discusión que enfrentará la próxima administración del país hermano es la relativa a las reglas bajo las cuales se explotarán los yacimientos descubiertos.
Finalmente puede decirse que los dos candidatos con más chances de ganar las próximas elecciones en Brasil, José Serra y Dilma Rouseff, tienen formación técnica suficiente y que ambos poseen también el necesario fogueo político, por lo cual cualquiera de ellos se encontraría en condiciones de encarar con solvencia la tarea de gobernar Brasil.
Probablemente la diferencia entre ambos radique en el punto de decidir a que sectores sociales beneficiar prioritariamente en la distribución de la riqueza nacional.
Pero, sea quien fuere de los dos candidatos el ganador de las próximas elecciones brasileñas, parece seguro que Brasil continuará su camino de crecimiento y liderazgo global, cuyas bases fueron sentadas durante el gobierno de Enrique Cardozo y ejecutadas durante la administración de Lula Da Silva.

Fuentes:

The Economist