Últimamente desde los llamados países-economías- maduros se observa y comenta con cierto beneplácito las mejoras productivas y sociales que ocurren en nuestro continente latinoamericano.
Y ,sin duda, llama la atención el que se preste tanta atención y se pondere a una región que comúnmente era conocida como el patio trasero de EEUU. Y además, tanta lisonja se exterioriza en momentos de plena crisis europea y norteamericana, con lo cual sería más razonable que ambas regiones miraran hacia adentro de sus sociedades, y no tanto al mundo exterior.
¿A que se deberán entonces tales ponderaciones desde las metrópolis?
Y las mismas, por ejemplo se reflejaron en un informe de catorce páginas que recientemente publicara el prestigioso y respetable semanario The Economist, cuya portada tituló “Nadie es el patio trasero. El crecimiento de América Latina”.
¿Tendrá alguna relación tal interés con los problemas internos de las grandes potencias?
¿Cuánto habrá de real y sustentable en el crecimiento de nuestro continente y cuanto de ese festejo corresponderá a necesidades ajenas al mismo? ¿Debido a que razones nos felicitan.¿Estaremos en la ruta correcta?
¿Por qué al Primer Mundo le interesan los llamados países Emergentes?
La consolidación de mayores niveles de consumo en muchas regiones (especialmente en China e India ,que sumadas reúnen la mitad de la población del planeta) , potenció la demanda de productos de nuestro continente, sobre todo alimentos y minerales básicos necesarios para la producción de todas las ramas de la industria, pero también de bienes que son –o serán a corto plazo- escasos en todo el planeta, como el agua y la tierra cultivable.
Y toda esa explosión de necesidades globales insatisfechas ayudó a abrir en nuestro continente una serie de procesos de múltiples cambios sociales y reformas económicas.
Y, seguramente, la evolución mencionada se relaciona con la percepción relativa a que los centros comerciales y financieros que derramaron su influencia hacia el sur del Río Bravo durante todo el siglo XX- EEUU y Europa- hoy se encuentran en medio de su mayor crisis económica y social, por lo cual se hizo necesario –para gobiernos y empresas privadas del mundo-buscar nuevos mercados y clientes a quienes venderles su producción.
A la vez, la abundante emisión monetaria de los principales bancos centrales del mundo generó el dinero necesario para dinamizar y aumentar la demanda y el intercambio comercial y financiero en el mundo.
Un efecto positivo en A.L : Menores desigualdades
La instrumentación de políticas públicas acertadas permitió mejorar la distribución del ingreso en muchos países del continente y , por lo tanto, disminuir la enorme desigualdad social y niveles de pobreza que fueron características permanentes en nuestra historia. Y esto constituyó una realidad beneficiosa para las personas y para las empresas, las cuales vieron aumentar llamada demanda efectiva, o sea la conjunción de las necesidades de consumo más el dinero en el bolsillo para comprar las mercaderías.
Y un respaldo a tal concepto lo aporta la evolución del índice de Gini ,especie de termómetro de las desigualdades sociales globales , el cual señala que actualmente existen mejores condiciones de vida en doce de los diecisiete mayores países del continente, sobre todo en Brasil y México.
Sin embargo, y según el mencionado indicador, la distribución del ingreso en Latinoamérica es, todavía, más inequitativa que en muchos otros lugares del planeta.
Aún así, y aunque quede mucho por hacer en ese sentido , las mejoras en la distribución de la riqueza realimentaría con mas vigor el entorno de negocios e inversiones en la región, ya que cuando los sectores sociales mas postergados poseen mas dinero y lo gastan ,y ayudan a sí a que se mueva la rueda de la economía.
Y otro factor que colaboró en la declinación de la pobreza fue la disminución de la inflación, mal endémico continental que siempre castigó a los sectores asalariados y de menores recursos, y benefició exclusivamente a los sectores exportadores o industrias formadoras de precios.
Una eficiente herramienta que ayudo e reasignar los beneficios y sostener el consumo.
En los últimos años y a lo largo de toda nuestra región los gobiernos instrumentaron planes de distribución de ayuda social que, en muchos casos, funcionaron correctamente.
La experiencia continental ( que en nuestro país se instrumentó sobre todo a través de la Asignación Universal por Hijo) implicó dotar a las madres de una ayuda monetaria mensual directa que crecía de valor si mantenían a sus hijos en los programas de escolaridad y garantizaban la asistencia de los mismos a los chequeos de salud predeterminados por el sistema de benéficos.
Según datos del Banco Mundial la ayuda oficial, que se mantiene actualmente benefició ya a 110 millones de personas.
Así mismo existe coincidencia entre los analistas en que la distribución de los mencionados subsidios se realizó en forma correcta, y sin indicios de corrupción en el proceso. También resultan relativamente baratos, ya que insumen en promedio el 5% del PBI regional.
En ese sentido, y como resultado de la ampliación de dicha herramienta, señala The Economist que en México los índices de pobreza disminuyeron un 8%.Y en Brasil ,la Bolsa Familiar alejo de de la inanición a millones de familias.
Democracia y mejoras sociales
La instrumentación de los mencionados planes de ayuda en Sur América promovió mayor escolaridad, y ese creciente grado de instrucción mejoró la calida de la mano de obra, que se hizo acreedora a mejores salarios , por lo tanto el nuevo equilibrio en la distribución del ingreso redujo la inequidad social ,por aparte de los subsidios gubernamentales.
Por lo expuesto, algo muy significativo para muchos, en todo el continente gran cantidad de personas dejaron de pertenecer a los sectores de menores ingresos y pasaron a formar parte de la “dorada” clase media.
¿Será sustentable en el tiempo tal movilidad social y económica?
Cita el semanario inglés que “la propagación de la democracia llevó a constituir una sociedad mas justa, debido al establecimiento de “estados de bienestar” aunque modestos”.Y también destaca la importancia de que se hayan extendido los beneficios jubilatorios a beneficiarios antes excluidos , tanto como la existencia de nuevos s planes de ayudas para la compra de medicamentos, entre otras mejoras.
Sin embargo, sería prudente recordar que la demanda de productos agrícolas y minerales que origina buena parte de los fondos que financian los programas mencionados podría decaer en algún momento , además de que la tierra no aumentará su producción eternamente como para financiar las necesidades crecientes de la población.
Por consiguiente es sabido, pero a veces olvidado, que para sostener el incremento de la economía y la mayor equidad social-que finalmente mejorarán los balances de muchas empresas- es necesario generar herramientas productivas capaces de competir globalmente en el tiempo, y no gastar todos los excedentes fiscales en planes de corto plazo. Y en es sentido parecería que Brasil aprendió la lección en las últimas décadas.
¿Vuelve el fantasma de los años 80?
Algunos analistas destacan la fortaleza actual del sector externo de la que gozan la mayoría de los países de nuestro continente.
En otras palabras, se resalta el que hoy existirían en la región suficientes niveles de reservas en moneda extranjera y oro, unidas a un importante potencial exportador y la ausencia de un grado de endeudamiento externo tal como aquél que, por ejemplo, llevó a nuestro país a finales del siglo pasado a pagar USS11.000 millones por año en concepto de servicios de deuda a bancos privados del exterior y organismos supranacionales.
Luego, y si bien tal situación coyuntural es totalmente cierta, hay factores que recuerdan aquel período de nuestra historia reciente, aunque en diferente magnitud y por lo tanto con distinto riesgo.
Por consiguiente, convendría tener en mente lo sucedido en el pasado con la existencia de la llamada “tablita” de Martínez de Hoz”, tanto como el “ déme dos” de la convertibilidad, momentos en los cuales el peso se fortaleció artificialmente contra el dólar, lo cual entre otros factores dio pié a un déficit del sector externo y sus consecuentes devaluaciones.
Es cierto que el entorno actual de las economías de la región difiere en mucho del cuadro descrito en el párrafo anterior, ya que las exportaciones de commodities generan desahogo en las balanzas de pagos, y además la devaluación voluntaria del dólar por parte de EEUU debilita desde el centro hacia la periferia el tipo de cambio americano, y no al revés como antaño.
Pero también es verdad que este año ingresará a nuestro continente un flujo neto de capitales financieros cercanos a los USS 300.0000 millones. Y, al igual que hace treinta años, se trata de capitales golondrina que vienen a buscar los enormes diferenciales de rendimientos de nuestros países versus los que podrían obtener en las llamadas “economías maduras”.
Tengamos en cuenta, por ejemplo, que la renta que ofrece la deuda del gobierno de Brasil a 10 años supera el 11% en reales , y en nuestro país las ganancias prometidas por los Bogar que vencerán en el 2020 se acerca al13% mas Cer. Mientras tanto un bono del tesoro e EEUU a igual plazo rinde 2,46%
Por lo tanto, y dado que el tipo de cambio de ambas monedas frente al dólar es creciente en un caso y casi fijo en el segundo, los inversores podrían quintuplicar sus beneficios si se decidieran a asumir el llamado “riesgo emergente”.
Y la ganancia aún sería atractiva si le detrajera el costo del “seguro de cambio”, representado por la compra de dólares a término. Entonces, se obtendrían los ingresos provenientes de la reevaluación de la moneda local mas la tasa de interés que paga el bono en cuestión, sin temor a sufrir pérdidas por devaluaciones.
Por cierto, y como se comprobó en el pasado, ante un aumento en la percepción del riesgo local, los capitales emprenderían su lógica e inmediata huida.
Por lo expuesto, y aunque los estados soberanos no están endeudados “per se” como en los años 80, buena parte del flujo de fondo que da euforia a los mercados y dinamiza nuestras finanzas , tienen la misma característica que los de aquellos tiempos.
En consecuencia, si bien los menores índices de endeudamiento oficial en monada extranjera y las buenas condiciones del sector externo alejan los temores de default soberanos (riesgo país) , las amenazas de desfinanciamiento repentino de nuestras economías se mantienen latentes.
Además, y relacionado con todo lo expuesto, muchas de las monedas emergentes se revalorizaron durante este año, lo cual ayuda directamente a encarecer en términos relativos los bienes exportables de nuestros mercados, tanto como a mejorar los precios relativos de los bienes que exportan los países centrales en desmedro de los nuestros.
Conclusiones
Sin duda nuestro continente se encuentra en condiciones de dar un paso adelante y consolidar sus mejoras sociales y económicas. Y esto resultará beneficioso para las personas y para les empresas que lo habitamos.
Sin embargo, harán falta nuevos esfuerzos para que Latinoamérica transforme sus mejoras coyunturales en logros sustentables que la acerquen al desarrollo capitalista del siglo XXI.
Y nos referimos sobre todo a consolidar los procesos democráticos y la calidad institucional en la región, como medio indispensables para mejorar la educación, luego la productividad y finalmente lograr mejoras permanentes en la distribución del ingreso en nuestros países.
martes, 19 de octubre de 2010
America Latina en la cresta de la ola
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