jueves, 16 de diciembre de 2010

Porque China ayudó a evitar una nueva crisis de precios de los activos financieros.

Durante los últimos días los mercados de inversiones globales estuvieron en vilo, ya que se temía el inicio de una ola bajista en los precios de los activos financieros en todo el mundo.

De esa manera, por ejemplo, el oro y el petróleo ajustaron a la baja y la sensación de que sus precios derraparían recorrió más de un atribulado escritorio de la City, y amargó un tanto el sabor del pan dulce propio de la época.

¿Y que razón disparó la angustia de los operadores? Simplemente corrió la voz que el Banco Central Chino aumentaría su tasa de interés.

¿Y cual sería el impacto de tal medida? En primer lugar una indeseada apreciación del yuan, el enfriamiento de la economía y consumo interno del Dragón, más la reducción de sus importaciones, mayores costos y menguada rentabilidad para las inversiones empresarias en la segunda economía del mundo.
Y, en un mercado tan sensible como el actual, esas razones resultaron mas que suficientes para que el precio de los commodities temblara y otros activos de países emergentes también.

Bastó ver, en ese sentido, que el valor del petróleo y el oro disminuyeran dos o tres por ciento en pocas horas, mientras el índice de acciones Merval corrió suerte parecida a la de los insumos minerales que mencionamos.

Vale recordar que, históricamente, solo el movimiento de tasas de EEUU causaba impacto inmediato en todos los mercados del mundo, pero es fácil identificar que actualmente también una potencial modificación en las tipos de interés chinos obliga a un reajuste en el tablero de las finanzas internacionales.

Pero, afortunadamente para los festejos de este momento del año, la autoridad monetaria china no modificó la remuneración fijada para el dinero de créditos e inversiones, por tanto los mercados globales cambiaron de humor y retomaron su corriente alcista.

La inflación jaquea al Dragón

Las autoridades de Beijing analizaron elevar el costo del crédito para sofocar la creciente inflación interna, que alcanzó durante el mes de setiembre su máximo de los últimos veintiocho meses, un 5,5% interanual.

Por tanto, los funcionarios están en la búsqueda de armonizar el rápido crecimiento económico del país dentro de un entorno de aumentos de precios razonables, según se desprende de las conclusiones del cónclave que los mencionados realizaron el pasado sábado, reflejadas por el diario China Daily.
A la vez dejaron clara la intención de controlar el grado de liquidez del mercado interno, lo cual pone un cierto freno al ingreso de nuevos capitales del exterior.

También, llamativamente, los banqueros de Beijing enfatizaron que las nuevas facilidades crediticias que se otorguen en el futuro deben dirigirse prioritariamente hacia actividades de la economía real, sobre todo a empresas agrícolas y PYMES. Todo lo cuál bien podría interpretarse como un mensaje a los mercados financieros, en el sentido de que existiría la voluntad de acotar cualquier formación de nuevas burbujas especulativas.

¿Como transformar las intenciones en hechos concretos?

La política monetaria oficial china para el año 2011 es un claro indicador, dijo Beijing, de que se busca contener el alza de los precios internos.

En ese sentido, y según el anunció que hoy realizó el diario China Securities, la oferta crediticia al mercado interno chino para el año entrante alcanzará a los 7,5 trillones de yuanes (1.1 trillones de dólares), monto parecido al que se puso en circulación durante el corriente año.

En otras palabras. La economía del Dragón creció más de 9 % durante los últimos doce meses, pero la oferta crediticia futura se mantendrá igual a la de un año atrás, por lo cual en los hechos se reducirán los recursos de financiamiento en el mercado.

Y esto ayudaría, según el gobierno de Hu Jintao, a que la inflación se mantenga acotada.

Resumiendo:

Probablemente entonces, al sostener sin cambios la tasa de interés por ahora, el Banco del Pueblo de China (nombre oficial de la autoridad monetaria) ayudó a que el brindis de fin de este año sea un poco más relajado para el inversor global.

¿Porque? Debido a que el yuan no se apreciará aún más, al menos en el corto plazo, y por tanto los pronósticos acerca de la evolución del crédito y el consumo interno tras la Gran Muralla se mantendrán sin mayores cambios, y esto implica quitar factores que impactarían negativamente en los precios de activos financieros tales como el petróleo, el oro y las acciones globales, además de calmar un tanto los tambores que anunciaron últimamente una guerra comercial en el mundo.
Por fin, convendría recordar, que esos pronósticos tiene valor ,casi,“solo por hoy”

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