Cuando el temor recupera posiciones, y primeras páginas de los diarios, debido a la de inestabilidad financiera del continente europeo, la mayoría de las miradas se dirigen hacia Grecia, Portugal Irlanda o España.
Sin embargo existe otro actor en “lista de “espera” cuyo presente productivo y de endeudamiento es harto complejo.
Nos referimos Italia.
Y eso es así porque, mientras EEUU Y China asumieron políticas de desarrollo de sus mercados internos y varios países de Europa eligieron “apretarse el cinturón”, el país del Dante se encuentra en medio de una nebulosa de indefiniciones en el proceso de instrumentación de medidas para emerger de la crisis global.
En ese sentido parecería, a veces, que el gobierno del premier Berlusconi, en el “fragor del champagne” se preguntara ¿y a mi porque me miran? Y la respuesta a esa pregunta imaginaria sería que en los medios se publica mucho sobre las peleas de alcoba de algún sector político de la península, pero muy poco acerca de cómo encarar la resolución de los problemas económicos y financieros, que los hay y profundos.
Y ya, con un pie en el año 2011, nos preguntamos cuan vulnerable sería Italia y que desequilibrios podrían acarrear sus problemas a los mercados financieros globales, especialmente de renta fija y a la moneda euro.
Una radiografía del presente
La República italiana se encuentra segunda, detrás de Grecia, en nivel de endeudamiento con relación a su PBI y con bajos ratios de crecimiento, factores que conforman una fórmula muy poco positiva. En otras palabras, se gasta mucho más de lo que se produce.
Por lo tanto ese país está bajo la presión de los mercados que “huelen sangre”, como hace poco sucedió con Irlanda y Grecia, y se mantienen alertas para proteger sus inversiones ante la posibilidad de una “corrida” o pedido de ayuda italiano a la UE para aliviar el déficit de caja y los quebrantos bancarios.
Como resultado de esa situación el Spread de la deuda soberana italiana versus los de Alemania - considerada de excelente repago- alcanzó niveles record hace pocas semanas, ejerciendo mayor presión sobre el ya deteriorado déficit presupuestario peninsular.
Por lo expuesto, si el estado italiano quisiera obtener fondos a 10 años de plazo para financiar su operatoria debería pagar 2,15% (250 puntos básicos) por encima del rendimiento de los bonos emitidos por el Bundesbank alemán.
En otras palabras, Italia necesitará para financiar sus gastos del año 2011 créditos por unos 340mil millones de euros y, debido a que se la considera una “economía frágil”, pagará por tales facilidades en un plazo de diez años 8500 millones de euros mas que los que abonaría el gobierno de Ángela Merkel para recibir igual asistencia. Y esto significa una transferencia neta de ingresos desde Roma hacia los distintos bancos acreedores.
Aún con esos problemas se logró mantener este año la calificación crediticia AA-(Fitch), por lo tanto cuesta calcular a cuanto más ascenderían los intereses que debería desembolsar el “Dipartimento delle Finanze” si el país perdiera un escalón en dicha gradación financiera internacional.
Así mismo debe hoy más dinero que lo que produce anualmente en términos de PBI.
En el año 2007 Italia registraba pasivos por el 104% de la riqueza generada, en 2009 pasó al 110% y , mientras se estima que actualmente ese ratio avanzó hasta el 127,3%, el cálculo es que alcance el 123.5% en el 2011 y llegue a 128.5% en 2014.
Y vale recordar que, mientras el tratado de Maastricht autoriza a endeudarse hasta un 60% del PBI, Grecia se encuentra en el 111% e Irlanda en el 80%, es decir muy por debajo de la península itálica.
Por todo lo expuesto la economía italiana parecería particularmente vulnerable y especialmente apetecible para un ataque especulativo, especialmente por su elevado endeudamiento público en relación a su baja a tasa de crecimiento económico.
En ese sentido, señaló el colega Tito Michele Boeri de la universidad Bocconi de Milán, entre los años 2000 y 2007 el país creció 6% menos que Alemania y Francia y no se espera una fuerte recuperación todavía.
Así mismo la depreciación del euro podría ayudar a mejorar el monto de las exportaciones, pero para ello sería necesario una reestructuración y reespecialización de la industria, especialmente para mejorar los estándares de productividad.
Por último el académico selló su comentario con una revelación poco alentadora al sostener que, de acuerdo a un reciente estudio, muchos ciudadanos italianos desconocen la real situación y los riesgos en que está inmerso el país después del estallido de la crisis del año 2008.
El conocido efecto dominó
Probablemente la presencia de activos financieros italianos en las carteras de inversión globales sea poco abundante.
Sin embargo, es indudable que una situación de inestabilidad en Italia golpearía en primer lugar a la UE y su moneda el euro, para luego impactar en todo el mundo occidental.
De allí la importancia de estar atentos al desarrollo de lo que suceda en un país acerca de cuyo Primer Ministro dijera el escritor y filósofo Umberto Ecco recientemente “es un zombi, un muerto viviente muy peligroso”
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jueves, 30 de diciembre de 2010
¿Un nuevo foco de riesgo en la crisis europea?
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