lunes, 10 de enero de 2011

EEUU: EL DEFICIT PRESUPUESTARIO PERMANENTE ES UNA DOBLE LUZ ROJA PARA EL INVERSOR

A juzgar por como reaccionan los EEUU frente a algunos de sus graves problemas fiscales y de endeudamiento, parecería que buena parte de los ciudadanos y políticos de ese país piensan que en algún momento de su historia aparecerá un John Wayne moderno que los salve de la degradación económica presente la cual, y contrariamente a esa esperanza, se encamina derechito a “ Guatepeor”.

Mientras tanto el presidente Obama anuncio la semana pasada una nominación central en su equipo económico, el ingreso de Gene Sperling como director del Consejo Nacional Económico, organismo clave en el diseño de la política fiscal del país del norte.

El abogado Sperling, que reemplaza al alicaído Larry Summers con la misión de aplicar “mano dura” con el gasto público e imponer una dura disciplina fiscal, cuenta para ese fin con el aval de su desempeño como director adjunto del Tesoro durante la era Clinton, a quien ayudó a terminar su mandato con superávit en las cuentas públicas.

Y ese cambio de jugadores implica un mensaje claro de acercamiento hacia la oposición republicana, la cual ganó el control de la Cámara de Representantes en las últimas elecciones y que se propone impulsar profundos recortes al actual déficit presupuestario americano.

Sin embargo, y por algunos otros datos de la realidad que describiremos a continuación, cabría preguntarse si Barak Obama realizó este enroque según su interpretación del “mensaje de las urnas” que recibió o si, simplemente, no sabe muy bien que hacer.

Y esa cuestión política, causalmente, podría tener importante impacto de corto y mediano plazo para las estrategias a desarrollar en la administración de los portafolios de inversiones globales.

¿Todo tiempo pasado fue mejor?

La Casa Blanca instrumentó durante los últimos dos años un plan de expansión monetaria como alternativa para superar la recesión devenida de la crisis del año 2008.Y esta resultó una medida inteligente en un país cuya generación de riqueza depende en un 70% del gasto de sus ciudadanos y en el cual el desempleo cercano al 10% derrumbó el poder de compra de la sociedad.

Sin embargo, amén que la instrumentación de dicha estrategia de impulsar el consumo se realizó “a medias”, el problema central radica en que se desconocen que políticas de estado implementará el gobierno americano para atacar los verdaderos problemas de fondo de su economía.

Por lo expuesto, la única herramienta de reactivación aplicada radica en gastar más, pero a costa de desvalorizar la moneda dólar.

Y es que tal vez EEUU piensa que las condiciones globales actuales son las mismas que le permitieron imponer su política de depreciación monetaria a mediados de los 70´s, cuando aún los recuerdos de la bandera flameando en Iwo Jima llevaron a sus aliados de entonces (Alemania, Japón e Inglaterra) a decir “si” a toda iniciativa de Washington a cambio de recibir los dólares y apoyo militar estadounidenses.


Parecería entonces que muchos políticos y ciudadanos americanos están lejos de entender que las cosas en el mundo cambiaron, que el dólar ni por asomo es la moneda indiscutida y que, en forma lenta pero aparentemente irreductible, pierde día a día su poder como divisa omnímoda de atesoramiento e intercambio global.

En otras palabras, parecería que los americanos miran “otra película” e ignoran los enormes riesgos devenidos de mantener un déficit anual de USS 3 trillones dólares que el resto del mundo ya no está dispuesto a pagar pasivamente y, lo más importante, que existen herramientas para que los demás países eviten cargar en sus espaldas el desaguisado de gasto estadounidense, aunque sea parcialmente.

Mientras niegan los problemas de fondo, los halcones del Congreso de EEU sostienen que sus miserias económicas radican en que China, su principal proveedor y competidor global, que mantiene el Yuan por debajo de su valor real frente al dólar y debilita así las exportaciones estadounidenses.

Sin embargo tanto Beijing como el resto del mundo- y quizás EEUU también- saben que ese punto de vista es falaz, ya que los verdaderos males de los estadounidenses radica en que gastan mucho más de lo que pueden pagar sanamente y pierden mercados porque sus productos son cada vez menos competitivos.

Mientras tanto, los salarios de los trabajadores de EEUU que representaron en el pasado un 62% del PBI, hoy apenas si alcanzan el 58% y, a este ritmo, la sociedad americana del futuro pagará sin dudas los gastos del presente.

Datos claves para el inversor global.

Visto lo anterior la pregunta que podría surgir es, que se podría hacer para proteger el portafolio de inversiones ante un escenario como el descripto

1. La rentabilidad de las grandes empresas denominadas Blue Chips, radicadas muchas de ellas en EEUU pero que tienen negocios en todo el mundo, se encuentra en constante aumento desde el año 2009, y se espera que el 2011se mantenga favorable para las ganancias (y el precio de las acciones) de esas corporaciones.
Convendría, además, mirar con atención empresas radicadas en Canadá, Brasil, e incluso México, aún con sus problemas derivados de la lucha contra la droga

2. La continua depreciación del dólar estadounidense orada la valuación de las inversiones nominadas en esa moneda.
Por lo tanto, a la rentabilidad que se obtenga en esos productos habría que detraerle la desvalorización de dicha divisa frente a la canasta de monedas globales.
Así mismo, EEUU necesitará emitir más moneda para financiarse y, por supuesto intentará hacerlo a la menor tasa de interés posible.
Sin embargo, ya sea por aumento de la inflación o porque los ahorristas demanden un mayor premio por financiar el déficit de USS1 trillón anual, los tipos de interés americanos van a subir. No de inmediato, pero el concepto ya está en miras de ocurrir.
De allí la conveniencia de invertir en bonos de vencimiento no mayor de tres años
3. Así los inversores en renta fija les conviene medir el riesgo de los bonos más por la calidad de las empresas(riesgo de crédito) que por el plazo de duración de las obligaciones en las que se invierte el dinero (duration).


4. Dada la sumatoria de cuestiones como: desvalorización del dólar, riesgos soberanos existentes, y la posibilidad de aumentos de tasas, convendría centrar la mira en bonos de empresas localizadas en ciertos mercados emergentes y de naciones con déficit fiscal equilibrado, que muestren buen rendimiento de tasa pero que a la vez no tengan precios altos, por el impacto que tendría sobre su precio cualquier ajuste de tipos de interés.
Por supuesto, nominadas en otras monedas distintas del dólar USA.

A estas conclusiones arribamos al tener en cuenta que las consecuencias del desajuste fiscal norteamericanos traen asociados los riesgos de mayor inflación y debilidad de la divisa, y hasta una eventual pérdida de la calificación AA de la deuda soberana estadounidense.

Por todo lo expuesto diversificar los riesgos, y en forma correcta, es una necesidad de supervivencia financiera hoy mas que nunca.

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