Durante los últimos años, con más fuerza que antaño, los mercados de acciones y bonos tanto locales como globales nos tienen acostumbrados a subas y bajas permanentes y, cada vez, a intervalos más cortos de tiempo.
Y esa situación, lógicamente, genera dudas en los inversores a la hora de tomar decisiones acerca de que hacer con su dinero.
La realidad es que la volatilidad en los precios de los activos financieros está- estuvo y estará- presente mientras existan incógnitas acerca de la economía mundial y, como esos factores de incertidumbre con sus mas y sus menos siempre se presentan, podríamos colegir que dichos movimientos pendulares dirán “presente” en toda “ foto” que se obtenga de los mercados.
Razones para temer y no invertir
Como dijimos siempre existen motivos para dudar entonces, convendría, hacer un repaso de las más actuales.
Según informan los medios de todo el mundo hoy los mercados de acciones reflejan un retroceso en los valores de las acciones.
Y las razones para tales movimientos negativos se deberían a los temores acerca que el crecimiento de la economía global sufra reveses debido tanto a la situación en Libia-y su impacto en los precios del petróleo- como así también a los problemas económicos derivados del Tsunami en Japón y la crisis de deuda en Europa.
Por lo tanto, a media jornada del día martes 6 de abril, la mayoría de las bolsas del mundo operaban a la baja o con crecimiento de precios muy acotados.
Entonces, y como reflejo de los temores, el oro tocó máximos de USS1450 dólares la onza a pesar que, vale recordar, algunos analistas sugirieron varias semanas atrás que ese metal ya tenía poco espacio para aumentar su precio.
Mientras tanto China y también el Banco Central Europeo elevaron las tasas de interés por temor a la inflación.
A la vez, en las primeras horas de mercado, algunos commodities bajaron su valor por temor a que dichas alzas en el costo del dinero quitaran recursos líquidos para especular con ellos.
Y, por si faltara algún ingrediente en el plato, los senadores republicanos tendrían muy pocos deseos de aprobar el presupuesto de gastos del presidente Obama, lo cual trajo mayores sensaciones negativas a los mercados.
Sin embargo luego, casi al cierre de las ruedas, los valores de los índices accionarios globales retomaron su tenor positivo
Entonces es posible ver que, a veces, la información disponible resulta suficientemente confusa y contradictoria como para “marear al más pintado”.
Razones para invertir
Con los comentarios de los párrafos anteriores tratamos de sustentar distintas variantes que justifiquen el miedo y el inmovilismo a la hora de tomar decisiones de inversión.
Y, dado que a río revuelto la ganancia es de aquellos que están expectantes con sus cañas de pescar oportunidades listas, mejor sería entender que es posible perder dinero tanto invirtiéndolo mal como así también si se guarda en el colchón.
Y la conclusión se entiende fácil si se piensa que los argentinos enfrentamos años de inflación sostenida durante los cuales nuestro patrimonio mengua su valor, y mucho, si está desinvertido, aunque lo mantengamos en nuestro siempre querido-y hoy devaluado- dólar.
Por lo tanto basta con mirar el pasado reciente para corroborar esos comentarios.
En ese sentido se recordará que desde fines del año pasado – y aún antes-se hablaba del temor que cayeran los precios de los activos financieros porque se elevarían las tasas de interés en el mundo las cuales, dicho sea de paso, iniciaron entonces un proceso alcista que se mantendrá por un tiempo. Pero las bolsas apenas si acusaron tal impacto.
Y actualmente se mencionan, como factores que atentan contra las alzas bursátiles, los suceso que ocurren en Medio Oriente, África y Japón.
Sin embargo, y aunque indudablemente todos los sucesos mencionados agregan riesgos al escenario, quienes durante el último semestre mantuvieron su dinero ocioso podrán lamentarse bastante.
Y eso es así porque desde octubre del año 2010 y hasta hoy, por ejemplo, el índice de acciones americanas S&P subió cerca del 10% y el Dow Jones 12%.
Mientras tantos, y durante los últimos doce meses, algunos fondos de acciones asiáticas rindieron más del 12%, otros de bonos globales más del 7% mientras nuestro cupón de PBI permitió embolsar 12% a sus felices poseedores.
Por lo tanto, y si bien nada garantiza que las buenas performances pasadas se repitan en el futuro, el costo de “no arriesgar” se volvió “muy riesgoso”.
Es que en definitiva aquél inversor que, al considerarse muy conservador, decidió durante esos períodos mantener “en caja” su dinero se encuentra hoy, debido a la inflación, con pérdidas similares a las que podría enfrentar si hubiera optado por algunas inversiones muy arriesgadas.
¿Y que pasa en el mercado de bonos locales?
Mientras tanto algunos en la city porteña se preguntan como afectarán las alzas de tasas en los países maduros a nuestro mercado de bonos soberanos argentinos.
Y esta incógnita se genera debido a que si los inversores internacionales piensan recibir mayores intereses por sus inversiones en los países del “Primer Mundo” entonces le pedirán a los bonos de países emergentes también una mayor remuneración por el dinero que coloquen y, por tanto, podrían caer los precios de los bonos locales.
Sin embargo, aunque acordemos que esa alternativa es cierta, también convendría tener en cuenta los diferenciales de rendimientos de los que se habla.
Por ejemplo, mientras un Bonar X (AA17) con una vida promedio de 4,62 años rinde más de 8% un Bono del Tesoro de EEUU al mismo plazo rinde 2,25%.
En otras palabras ¿cuánto debería subir la tasa, por ejemplo, la Reserva Federal de EEUU para que los inversores decidieran vender sus posiciones mas riesgosas para comprar deuda de esa nación y que, por lo tanto, los valores de de la duda argentina se “derrumbaran”?
Y, en ese sentido, la situación económica tanto de EEUU como de Europa está lejos de ser tan floreciente como para que sus autoridades monetarias lleguen al extremo de subir abruptamente sus tipos de interés.
Por todo lo expuesto hasta aquí podría colegirse que el costo de “hacer nada” con el dinero es alto, aunque –relativamente- conocido si se tomara como referencia la inflación de nuestro país.
Por otro lado los beneficios potenciales de invertir los fondos que hoy están ociosos, aún con riesgos de subas y bajas de corto plazo, parecerían ser tentadores a mediano plazo siempre que, por supuesto, se cuente con buena información y suficiente “cintura” para aprovecha las oportunidades y tratar de “esquivar” la mayor cantidad de malos tragos posibles.
jueves, 7 de abril de 2011
¿Que es importante para un inversor argentino?
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