Los mercados globales de acciones y commodities ingresaron en una fuerte corriente vendedora últimamente, luego de meses en los cuales se vieron incesantes ingresos de fondos especulativos que llevaron hacia arriba el precio de las acciones y, sobre todo, del petróleo y la plata.
De esa manera y desde el pasado miércoles el índice accionario Standard and Poor´s cayó 1,7% desde su máximo del 29 de abril, mientras que su similar Russell 2000 (de pequeñas compañías) perdió 3,7% desde el cierre más alto que registró de 865.29 puntos.
Y, como cereza de la torta, el petróleo (barril) cayó 10,8% desde los USS 112,90 que cotizó a fines del mes de abril.
Y ni que hablar de la plata (metal) cuyo valor mermó 28% en horas y resignó más de la mitad de la rentabilidad que ganó durante todo el año 2011.
Entonces , y ante todos esos antecedentes, la pregunta de la hora sería, ¿que hacer con las posiciones de mayor riesgo de nuestros portafolios?
Y aquí va la primera pista acerca de nuestra opinión al respecto.
Hay un viejo dicho entre los operadores del mercado que en inglés hasta tiene rima y asegura que lo mejor sería “sell in may and go away”.
Eso quiere decir, ni más ni menos, “venda en mayo sus posiciones de riesgo (acciones y algunos commodities) y váyase del mercado hasta que aclare”.
¿Y en el mes de junio volverán los inversores a interesarse por las operaciones más volátiles? Difícil hacer pronóstico en ese sentido.
Entre otras razones porque la demanda de activos más riesgosos como las acciones de PYMES norteamericanas, que representan buena parte de las operaciones más rentables del mercado financiero global, parecería estar “bajo fuego” debido al próximo retiro de los planes de estímulo que en su momento implementó la FED.
Y a los otros componentes que agregarían “pimienta” a las ganancias, el oro y la plata, tampoco tienen el futurote suba asegurado, al menos con la intensidad de otras épocas.
En ese sentido vale recordar que la plata perdió cerca del 30% de su valor desde el máximo que supo alcanzar tres semanas atrás, mientras que el oro apenas si creció un modesto 5% en lo que va de este año.
¿Y que razones fundamentaron lo sucedido?
Por un lado los reguladores de las bolsas globales elevaron los requisitos de garantías exigidas a los inversores para apalancarse.
En otras palabras quienes quieran especular deberán dejar mayores montos de dinero en garantía de que sus operaciones no obtengan los resultados esperados, y eso obligó a muchos a “deshacer posiciones” y vender buena parte de sus tenencias de metal.
Por otro lado el dólar ganó fuerza y mejoró su precio, sobre todo frente al euro, luego de meses de declinación.
Además el próximo retiro de fondos por parte del banco central norteamericano “amenaza con secar la plaza” por lo cual muchos inversores prefirieron vender parte de sus carteras ante la expectativa que la menor liquidez golpeara el precio de los activos de inversión.
Y todas esas razones fundamentaron el “rally” vendedor en los mercados y la consecuente caída en el precio de las acciones.
Sin embargo existen pocos fundamentos económicos de fondo que justifiquen la furia vendedora que se observó porque, que se sepa, EEUU sigue en la senda del crecimiento y los emergentes-con sus más y sus menos- también.
Por lo tanto podría verse una nueva corriente compradora el mes que viene, una vez que se aprecie en los hechos el verdadero impacto que causará el próximo accionar restrictivo de la FED.
Pero, mientras tanto sería una idea a considerar el tomar las ganancias que se obtuvieron durante los últimos meses y poner a resguardo, al menos, el capital.
Porque antes de que el mercado retomara su corriente alcista podría existir una corrección aún más fuerte que la vimos hasta ahora, lo cual disminuiría los beneficios ganados hasta ahora en las carteras de inversión.
Y, en el mismo sentido, cualquier recalentamiento de la crisis de deuda europea o algún amague político del congreso de EEUU para poner límite al endeudamiento público de ese país profundizaría los temores de los inversores y, por tanto, aumentarían las ansias de abandonar los activos de riesgo y “volar” a los más seguros con el fin de protegerse ante cualquier vicisitud.
Sobre todo si se recuerden los desagradables momentos pasados durante la crisis del año 2008 y la brutal caída del mercado en aquellos momentos.
Entonces comentaremos algunas ideas para resguardar aquello que se ganó o, al menos, limitar las perdidas.
1. Recordar que vender en mayo y esperar a ver que pasa en junio podría ser una buena estrategia
Así que, si se ganó algún dinero, la única forma de conservar con seguridad la renta que se obtuvo es, simplemente, liquidar posiciones.
Eso está lejos de significar que hay que vender toda la cartera, pero si una parte, la que mayor rentabilidad le dio y le garantice que “algo” de ese crecimiento ya quedó en el bolsillo.
O también hay quienes retiran el capital invertido y dejan a riesgo solo las ganancias que obtuvieron.
Si se siguen esos caminos a lo sumo se dejará de ganar, pero a cambio de obtener cobertura sobre algunas pérdidas que sobrevendrían si la corrección de mercado se profundizara.
A esta altura convendría recordar que, en finanzas, las únicas ganancias reales son las que están en la billetera, el resto son papeles con promesas de pago.
2.Uso del “límite de pérdidas” (stop losses)
Seguramente usted podría pedirle al banco o broker del que es cliente que venda todo papel que toque un precio que se considere mínimo aceptable para mantenerlo en cartera.
En otras palabras supóngase que se compraron acciones de Chevron a USS 90 y llegaron actualmente a USS102, entonces se podría ordenar la venta de dichos papeles si bajan a 95 para conservar un 5% de la rentabilidad obtenida.
Este mecanismo se usa frecuentemente en el mercado ya que defiende los buenos resultados que logrados y permite arriesgar solo una parte de ellos con cierta tranquilidad sicológica.
3. Comprar un put de protección.
Si usted está familiarizado con el uso de “opciones” estas podrían ser una buena alternativa de protección.
La compra de un put implica la adquisición de un “derecho a vender” que se usa como cobertura cuando se prevén caídas de precios en los mercados.
Entonces, supongamos que tuviera 100 acciones de Apple por un valor aproximado de USS 33.500 y le preocupara que ante una eventual corrección de mercado estas perdieran valor.
Entonces podría proteger al menos una parte del valor de su inversión y para a ello podrá comprar una opción de venta del mencionado papel.
¿Cómo funciona este especie de “seguro contra pérdidas?.
Por ejemplo pensemos que usted compró acciones de Apple a mediados del años 2010 a USS 240 cada una y téngase en cuenta que el valor de cotización de las mismas actualmente asciende a USS 335 por unidad.
Así mismo, volvamos a suponer, se quiere cubrir cualquier riesgo de precio por debajo de USS300.
Entonces, por ejemplo, se compra el derecho (opción) de vender las 100 acciones de Apple a octubre del 2010 a USS300.
Cada contrato unitario para vender ese papel a un precio de USS300 en octubre 2011 costaría USS 10,50 y, dado que el mínimo por cada operación es de 100 contratos el costo total de la misma sería de USS1.050.
Entonces al momento del vencimiento del mencionado contrato podrían pasar dos cosas.
1.Que el precio de Apple fuera mayor o igual a USS 300.
Por lo cual usted no ejercerá el derecho a vender sus acciones y habrá perdido solo la prima pagada.
3. Que el precio de Apple fuera menor a USS300.En este caso usted habrá “vendido” sus acciones a ese precio y embolsará las ganancias resultantes de la diferencia entre USS300 y el precio al cual compró las acciones originalmente (USS240).
Así que, como tratamos de explicar en esta columna, existen distintas alternativas para elegir por parte de aquellos que quieran disminuir la “vibración” de sus arterias coronarias y proteger el capital o las ganancias del portafolio de inversiones.
Y recuerde un viejo dicho aplicable perfectamente a las finanzas “para tener un buen mañana mejor hacer las cosas hoy”
domingo, 22 de mayo de 2011
Vender en mayo y quedarse tranquilo puede ser buena idéa
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